domingo, 22 de octubre de 2017

Cuánto he sufrido por mis vuelos

CUANTO HE SUFRIDO… POR MIS VUELOS 

Por Delia Rosa Bolaño Ipuana

 viajar por aerolíneas es muy rápido y fácil pero donde se tiene que sufrir la mayoría de las veces, en varias ocasiones lo he vivido, llegar unos minutos después, sufrimiento que me ha costado hasta 4 millones de pesos, este último fue la perdida de mi vuelo a México, esto me sacudió totalmente hasta el punto de escribir sobre ello, perder un vuelo internacional catastrófico, había perdido vuelos nacionales que me daban duro, pero este me dio muy, pero muy duro, uff … analizando también he notado que las aerolíneas son injustas y poco equitativas con sus clientes y me pregunto ¿por qué debo pagar una  multa por el valor de tres veces lo que me costó mi pasaje? Realmente queda uno sin salida cuando te dicen: usted perdió su vuelo y su multa es de tanto, no sabe uno si gritar, llorar, patalear o desaparecer, pero total la ley de ellos es justa con ellos mismos y nada que hacer, solo te toca buscar donde no tienes y comprar otro vuelo si debes llegar a tu destino.

Pero la otra parte que he notado es que las aerolíneas es hacen con nosotros los que le da su gana, Qué injusto ¿verdad? Si, hacen lo que les da la gana y nosotros nos hemos dejado, pues dice un dicho que quien tiene el palo da con el ¿pero quién les pone freno a ellos? cuando nos cometen faltas y gravísimas, cuando nos anuncian: señores pasajeros de… les informamos que su vuelo se ha retrasado, le agradecemos esperar unos minutos, minutos que se pueden volver horas y nosotros sonrientes esperamos, no me parece justo esto, debería haber justicia y que si ellos tienen fallas deberían pagarnos multas a los pasajeros, pero no, ellos se auto perdonan ¿y a nosotros quien  nos perdona?  Por lo menos deberían devolver nuestro dinero o solucionar a sus clientes las circunstancias que obligó llegar tarde.

Invito a nuestros representantes  de la cámara y a los senadores que se tomen medidas contra esta injusticia económica y psicológica a la que somos sometidos los pasajeros de aerolíneas, sí, ya está bueno, no se imaginan ustedes la inconformidad de tener que pagar muchísimo para cumplir con un objetivo de llegar a un lugar y no hacemos nada contra esto, por lo menos yo estoy haciendo un poco escribiendo sobre eso que hemos sentido muchos y poder inquietar a manifestar, no en un aeropuerto o en nuestras cuatro paredes donde  no se nos pueda escuchar, los invito a que este mensaje sobre esta triste situación que se sufren en aeropuertos del mundo tenga por fin una medidas de control, claro que nos disciplina, pero  que esa disciplina sea justa no injusta, el dinero que perdemos más nuestra urgente necesidad de llegar es como cuando tú preparas la comida y por no haber estado cuando repartieron te dejan sin comida, no es justo, que te la guarden, la  disciplina seria comer solo y la comida fría…lo importante es la justicia social para todos.

Bitácora

La señal de la cruz

Por Pedro Conrado Cúdriz

Uno sale de casa con la intención inconsciente de regresar a ella impoluto, salvado del propio dolor y el dolor ajeno, aquel que pueda causar la muerte. Algunos hacen la señal de la cruz y otros, entre los que me cuento yo, salimos al mundo impertérritos, sin furia, y caminamos entre la gente sin afán, saludamos a los vecinos y esperamos en la esquina el autobús que nos lleve a alguna parte. Ese es el acto más repetido de todos, hombres y mujeres, jóvenes y niños y de tanto hacerlo, nos asombramos cuando caemos indefensos en cualquier clase de accidente, catastrófico o no. “¡Carajo! No me pasó nada, piensa uno, me salvé.” Lo terrible es cuando alguien que vimos muy temprano y al que apreciamos infinitamente, muere en un accidente de carretera. 

La vida o la muerte, no sé, nos fractura la conciencia y entonces el dolor es como un tiro de escopeta a quemarropa, en todo el universo del cerebro y el corazón. Un sufrimiento de animal vivo y agonizante nos embarga, garra de hierro penetrando la carne del espíritu. No sabemos qué hacer y presos del sufrimiento espiritual, la mente se paraliza. Y algunos echan mano de la resignación y otros de la comprensión de las circunstancias que han dado lugar al suceso, a la imprevista muerte del amigo. Hasta aquí, la vida de uno sigue el curso de un río tranquilo, alterado a veces por las preguntas vitales del vivir, aquellas que nos estremecen sin reparos: ¿Por qué hasta ahora no me ha pasado nada? Pregunta tonta, por supuesto, pero también esencialmente humana. Porque todos, desde el nacimiento hasta la muerte, le tememos a las pérdidas, a irnos o que alguien nos abandone. Y de todas estas ausencias, la más dramática es la muerte. Porque después de todo, no hay nada qué hacer contra ella, contra el dolor punzante que causa, contra la infinita soledad que nos embarga, contra la totalidad de la vida y la muerte, contra el absoluto. Contra ese malestar universal, que ahora es mío, tan profundo, que lo he particularizado, fragmentado, así como la misma muerte ha fracturado mi mente, mi conciencia. Y somos tan frágiles, que un desnivel y una caída terrestre, nos pueden partir la vida, la cara, un brazo, y entonces, somos tan mortales como una hormiga, sí, como una hormiga. No importa el éxito ni la fama, ni el prestigio, nada. La muerte es incapaz de compadecerse, nos vigila y entonces, ¡zas!, nos atrapa. La vida es así, la muerte también es así, sociópata. 

martes, 3 de octubre de 2017

Por el ojo de la cerradura

Cuando un amigo profesor se va

Por Tito Mejía Sarmiento

“Murió el profesor  Etiel Morales Fontalvo”, le oí decir con  voz quebrada por el inmenso dolor, a través de la línea telefónica, la noche del 30 de septiembre de 2017, al escritor amigo, Pedro Conrado Cúdriz. Quedé mudo por varios minutos y respiré profundo para continuar la conversación. Horas después, no podía dormir pensando en el gran maestro de los años 70, en el Colegio Nacional Oriental de Santo Tomás, hoy simplemente Oriental.

Lo veía con su reír de niño travieso esparciéndonos con excepcional facilidad sus enormes conocimientos  de las implicaciones tautológicas, sus números volando en el tablero, consejos comportamentales, anécdotas graciosas, palabras cuánticas midiendo injusticias, el flanco ordenado, la vida que pensábamos como formadores de generaciones futuras; todo eso apoyado, en un clima de familiaridad, de incumbencia, de libertad responsable, de amistad y de compromiso con todos los valores propuestos por nuestra amada institución orientalista. 

¿A qué estudiante del Oriental, por ejemplo, se le va olvidar cuando el profesor Etiel lo pasaba al tablero y con voz barítona le decía: Dale tigre, resuelve por favor, el teorema de Pitágoras que  describe una relación especial entre los lados de un triángulo rectángulo? O hállame la respuesta del problema clásico del tabernero  matemático inglés Henry Ernest Dudeney que compra seis barriles con capacidades de 15, 16, 18, 19, 20 y 31 litros respectivamente, mientras pregunta  cuál es la capacidad del último barril.


En esa geometría de las ironías del profesor Etiel y el aprendizaje del alumno flotaban las horas de lunes a viernes, en una jornada única e imborrable para todos nosotros. 
Se suele decir que el licenciado Etiel Morales Fontalvo, como todo buen matemático, aunque esto probablemente suene exagerado, predijo la fecha de su muerte observando que cada día dormía quince minutos más que la noche anterior y calculó a lo mejor que fallecería aquel día que durmiera veinticuatro horas, y eso sucedió exactamente cuando un micro sueño lo traicionó, mientras conducía su camioneta en la carretera oriental en el tramo comprendido entre Malambo y Sabanagrande.

Hoy sentimos un puñal que surca los espirales de nuestros corazones y llevamos el peso de un hombre adjunto a nuestra admiración que,  pareciera que viviese en un sueño largo y profundo, un hombre que nació del vientre de una humilde mujer, doña Clara Fontalvo, mujer que lo formó decidido y vigoroso como al resto de sus hijos  y que ahora  se nos difumina en medio de un mundo dividido, fragmentado por una ambición sin color, raza, religión, un mundo que se detiene en nuestras sábanas como el manso cachorrillo que se asoma a la odisea de la vida cuando la noche tiene ojos para todas las sombras y oídos para todas las melodías, no importa que el otoño queme las rosas.

Y hoy por casualidad estrenamos juntos ese otoño, donde la nostalgia está cosida a mano como ese delantal que guarda en su ropero mi madre, como dice un bello verso de la poeta hondureña Mayra Oyuela.
Mi solidaridad total para su esposa, hijos, hermanos y demás familiares.

Tito Mejía Sarmiento, poeta, profesor y locutor Colombiano
Santo Tomás, 2 de octubre de 2017

México, lindo y querido

México lindo y querido

Por Delia Rosa Bolaño Ipuana

México lindo y querido, estaá pasando por un momento lamentable para todos y ni se diga para mí, hace poco estuve en tus entrañas, me cobijo tu historia enmarcada en las pinturas de David Alfaro Siqueiros con sus obras importantes: víctimas de la Guerra, victimas del fascismos y tormento de Guauhtemoc, también las pinturas Roberto Montenegro: liberación de la Guerra y del inmortal Diego Rivera con su obra: el hombre controlador.

El resumen simplificado de su lenguaje en sus obras me describió todo lo que has pasado en todos los ámbitos sociales, pero también me explican tu grandeza y fortaleza

Historia que me traje desde la voz de la inteligente Alejandra quien fue nuestra guía en el palacio de bellas Artes de la Ciudad de México, quien además nos contó sobre la construcción del palacio en el gobierno de Porfirio Díaz en el año 1904, obra que hizo un Arquitecto Italiano Adamo Moari, quien dijo que el palacio sería construido en 4 años, pero tardo 30 años por las diferentes situaciones, la guerra y otra es que la ciudad de México se hunde, por eso se construyó en mármol, podemos observar que el palacio se encuentra inclinado de su lado izquierdo, se ha hundido 2 metros, pesa 60 mil toneladas, cada año se hunde un centímetro.

Pero aun así su belleza y la historia que guarda este palacio de Bellas Artes en la obras de sus inmortales artistas quienes nos revelan los personajes históricos de la política de México, es sin duda una buena historia interesante de leer, de recorrer y de revivir, cada batallas que dieron sus personajes, donde se valora el arte, ahora entiendo por qué nuestro nobel decidió habitar en México y además morir en él…

Toluca, tierra de valores, una ciudad donde 101 poetas, narradores, novelistas y escritores fuimos atendidos como se nos debería tener en cuenta nuestro país, realmente la gente cálida y amable de esta parte de México llenó mi esperanza, saber que tu trabajo puede ser valorado y reconocido donde menos te esperas me fortalece y me motiva a seguir dando lo mejor de mí, algún día la historia y la existencia me lo devolverá ahora o después, pero ese día llegará.

Pachuca, tierra del Conocimiento donde se valora el saber de cada persona, donde sus habitantes se preparan para servir a su país desde cualquier campo profesional, recorrer a Pachuca, Ciudad de México, Toluca, Cuernavaca, Cuautla me mostraron una parte importante de la gente de México, sus rasgos netamente indígenas pero su capacidad de mostrarle al mundo su gran desarrollo, también me invita a motivar a mis paisanos que podemos dar más, mostrar lo que somos cumpliendo con nuestra función de aportar nuestra capacidad a la comunidad de la que hacemos parte, no mendigando, sino estudiando, preparándonos, no hay como la riqueza intelectual de cada persona, el valor que podemos darle a lo que somos, a lo que tenemos y lo que podemos aportar, cuando entendamos esto, dejaremos de ser la raza sumisa y masoquista para empezar a crecer y aprovechar la riqueza que nos da la naturaleza y que nos quita el vivo aprovechando que la naturaleza no tiene nada que quitarnos porque no la hemos aprovechado.

Haber estado en México y compartir con 101 intelectuales de cada rincón del mundo, conocer un poco de ellos y por su puesto su deseo de conocer mi tierra me llena de motivos para que en el año 2018 Parte de ellos vengan a leernos y compartir con nosotros su riqueza AL VI ENCUENTRO INTERNACIONAL LITERATURA AL MAR 2018