domingo, 22 de noviembre de 2015

JORNADA ÚNICA, UNA TRAMPA PARA LA EDUCACIÓN PÚBLICA Y UN BENEFICIO PARA LA EDUCACIÓN PRIVADA

JORNADA ÚNICA, UNA TRAMPA PARA LA EDUCACIÓN PÚBLICA Y UN BENEFICIO PARA LA EDUCACIÓN PRIVADA 

Por Delia Rosa Bolaño Ipuana

Según Gina Parody, es necesario que las instituciones oficiales de Colombia cuenten con una jornada de ocho horas diarias de cara a lograr un equilibrio entre los colegios públicos y privados, así como para igualar los estándares en materia de calidad entre ambos modelos.

"Un núcleo es que tenemos una educación privada de calidad y una pública que aún debe transitar un camino largo (…) solo el 1% de los colegios públicos se encuentran en un nivel ‘muy superior’, mientras que el 25% de los privados están en nivel ‘superior’ y otro 25% en ‘muy superior’"

La ministra indicó que los colegios privados invierten mayores recursos en infraestructura y ofrecen otras lenguas como el inglés, el francés o el alemán; además, orientan esfuerzos para contar con maestros que realizan estudios adicionales en el exterior y brindan facilidades como el almuerzo.
 
Satisfacer a la ministra y sus caprichos tan desvirtuados sobre la educación en Colombia adoptando políticas educativas que no van con la realidad del entorno de cada comunidad, no lo creo correcto ni viable para la educación colombiana, y menos para La Guajira, las condiciones de las Instituciones educativas,  aulas calientes con una cantidad de 40 a 45 estudiantes, pupitres en mal estado, una alimentación mala, arroz con frijol y Bienestarina no creo que garantice calidad, en mi concepto, como maestra, se deben adoptar  posiciones que vayan con nuestra realidad.

Por ejemplo, con la jornada a la que estamos acostumbrados se genera conflicto en el aula, procesos insuficientes y baja calidad en los procesos, esto es gracias al hacinamiento que encontramos en las aulas públicas de Colombia, 40 a 45 niños, eso es terrible, genera toda clase de conflictos, menos calidad, imagínese esta misma población hasta las tres de la tarde con las condiciones de las instituciones ya mencionadas, la ministra debió estudiar y pensar detenidamente con sus asesores este tema, y sobre  ¿qué genera la mala educación en Colombia y cómo buscar una estrategia favorable que contrarreste esta situación de muy mal gusto?, y que ellos realmente no conocen y no han experimentado ¿por qué no adoptar una política propia con base en nuestra realidad? si vamos a los colegios privados, ellos garantizan buen ambiente a sus estudiantes, aulas en condiciones que no sobrepasa los 20 estudiantes, por eso hay calidad en estos colegios y sin acompañamiento del Estado; imagínese a nosotros los maestros públicos colombianos trabajando con 20 estudiantes, con un aula acondicionada, acompañados del Gobierno, con un mejor sueldo, trabajando hasta la una de la tarde, donde se empleen a los docentes que le están pagando por las tardes para que presten sus servicios en la mañana, construyendo nuevas aulas, le aseguro abría mejor calidad y manejo de la población  y los colegios privados se acabarían, aunque en cierta forma esto favorece más a los colegios privados, ya que muchos padres llevarán a sus hijos a ellos.

 Nos están acabando y nos estamos dejando, ¿no creen ustedes que en cierta forma se busca acabar con la educación pública y  fortalecer la privada? ¿Por qué adoptar una parte de la política de los colegios privados y no todos sus procesos? Están invirtiendo mucho dinero en alimentación para la jornada única y pagando a profesionales para que continúen con los procesos,  y estos, por su puesto, encontraran un grupo saturado y en una condición desesperante, se está gastando un recurso que no garantizará sino la deserción de estudiantes y la terminación total de las escuelas publica, analicemos, padres de familia, que no nos están teniendo en cuenta para tomar decisiones apresuradas y que de alguna forma la vida en familia también se separa, el niño viene cansado y sin aliento para compartir en familia.

viernes, 6 de noviembre de 2015

El ojo de la cerradura

Mario Miranda Marañón, el boxeador más taquillero en la historia de Colombia
Por Tito Mejía Sarmiento

Por la acera de la avenida Olaya Herrera con la calle 53 de Barranquilla, Mario Miranda Marañón, el hombre de las tres emes, el mismo boxeador carismático y prolífico que por la década de los 80 se convertiría, guardando las proporciones, en el mejor pagado de Colombia, ya que se daba el lujo de llenar todos los escenarios deportivos donde se presentaba con su boxeo cambiante. Imantado por los dioses del arte de fistiana, caminaba con su aspecto sencillo y pinta de galán de cine con un libro de boxeo, como ha de ser, bajo el brazo.
Ahora, al pasar junto a un puesto de periódicos y revistas de la esquina, se quita sus gafas Ray - Ban y se detiene a hojear El Heraldo, ejemplar que compra todas las mañanas, antes de irse a monitorear de lunes a viernes a una camada de boxeadores aficionados y profesionales en el gimnasio del estadio Metropolitano: “Creo, sin temor a equivocarme, que muy pronto tendremos nuevos campeones mundiales. Hay tres muchachos, pero no te digo sus nombres porque después los enferman, los endiosan, y les pasa como a mí, que me dejé llevar por falsos amigos, por la ruta del placer prohibido... y cuando quise despertar, abrir nuevos caminos, era tarde y se me vino la noche encima”, me dice con una pena superlativa y con la culpabilidad de una parte non sancta, y sonora como el tañido de la campana entre asalto y asalto de su pasado.

Boxeador por accidente

Cuando contaba con escasos 13 años y sufría de tabardillo,       (Enfermedad parecida al tifus, con fiebre alta y continua, alteraciones nerviosas y san -guíneas, y una erupción que cubre todo el cuerpo), este gran estelar boxeador barranquillero nacido el 15 de mayo de 1960, se dirigió una mañana de octubre a la Piscina Olímpica, motivado por la práctica de la natación, pero ese día no abrieron las instalaciones del escenario deportivo por reparaciones internas, y entonces, como buceando en el entorno de la fragilidad de aquel instante, notó que una de las puertas del colindante Coliseo Cubierto Humberto Perea estaba abierta de par en par y sin pensarlo dos veces entró al tinglado que años más tarde le daría la gloria y el rótulo del boxeador más taquillero en la historia de Colombia.
Recuerdo como si fuera hoy que el desaparecido entrenador de boxeo Antonio “Cochise” Orozco me dijo: ¡Hey, cabellón, ¿quieres guantear con ese muchacho que está practicando allá? Ese otro era nada menos que Pedro El Látigo Vélez.
Me dio una paliza de padre y señor mío, que llegué a la casa empapado de miedo, con los ojos bien hinchados, la boca partida, la nariz rota. Pero me la desquité años más tarde cuando nos enfrentamos con público, jueces, en fin, todo, y lo hice retirar del boxeo para siempre.
Creo, que desde aquella ocasión nació mi amor por el deporte de las ‘narices chatas’ y luego, con la ayuda de mis mentores comencé a ascender rápidamente en los campos aficionado y profesional, derrotando por knock out fulminante y técnico o por decisión unánime de los jueces a todo el que se me atravesara en el ring.
Lógicamente, también comencé a amasar una fortuna económica que, a pesar de mis locuras, hoy todavía se ve reflejada en bienes raíces y otras propiedades que me dan para vivir bien al lado de mi esposa Jackeline de Castro, en el popularísimo Barrio Abajo y con tres de los siete hijos que tengo, de los cuales cuatro son profesionales, y, lo más importante: sin tomarme un solo trago de ron, ni fumarme un cigarrillo desde hace 20 años.
Estoy dedicado plenamente a entrenar a mis pupilos y a comentar sobre boxeo en la sección Suena la campana, en los noticieros de Lao Herrera y Roy Vergara, que se difunden por Radio Tropical y Radio Libertad, respectivamente
”.

Nuevo ídolo en Colombia

Los amantes del boxeo que asistieron la noche del 9 junio de 1979 al Humberto Perea vieron nacer a un nuevo ídolo del boxeo colombiano: un muchacho enjuto, cabellón, con más pinta de cantante de rock que de púgil del peso gallo, quien derrotaba al cartagenero Edelmiro Cassiani por decisión.
Sentí una emoción muy fuerte cuando el público coreaba: ¡Dale flaco, dale! ¡Dale, cabellón, dale! Era mi primera pelea como profesional. Al día siguiente aparecí en casi todos los periódicos del país. Recuerdo que Fabio Poveda Márquez comenzó su programa diciendo: ¡Mario Miranda Marañón, el nuevo fenómeno del boxeo en Colombia, amables oyentes!”.

Gancho para la televisión nacional

Era tanto el impacto y el carisma que este boxeador estaba generando en el peso gallo y algunas veces en el peso pluma en todas las esferas de la nación, que el 27 de mayo de 1981, el gobierno nacional, a través del Ministerio de Comunicaciones, en cabeza de Antonio Abello Roca, autorizó la descentralización de la televisión nacional con la transmisión en directo, desde el Coliseo Humberto Perea de la pelea por el título continental de las Américas en el peso pluma, entre el mexicano Guillermo El Lobo Morales y Mario Miranda, teniendo como gancho la presencia de la diva del momento, la actriz Amparo Grisales.
Gané por decisión y después, todos los promotores solicitaban mi actuación cada dos meses. Era la maquinita de hacer plata, comentaba la gente, hecho que me perjudicó también en mi carrera, como sucedió con la pelea por el título mundial pluma con el portorriqueño Juan Laporte, donde la preparación no fue la mejor por muchos motivos”.

Una doble frustración

En la madrugada del 12 de agosto de 1982, el mundo del boxeo se enteró de la trágica muerte del campeón
mundial del peso pluma, el mexicano Salvador Sánchez en un accidente automovilístico.
Al momento de su muerte, se planeaba una súper pelea entre Salvador Sánchez y Alexis Argüello, revanchas contra Juan Laporte y Wilfredo Gómez, y por supuesto una pelea por el título mundial contra el retador número uno del mundo de ese entonces Mario Miranda. A raíz de ese hecho, el promotor cubano Tuto Zabala, representante de púgiles latinos ante Don King dijo que Miranda Marañón debería pelear obligatoriamente contra Laporte por el título mundial vacante en el Madison Square Garden.
Te soy sincero, ese día estaba nervioso de pies a cabeza, no me sentía seguro con la preparación. Además, lo digo con toda la sinceridad que me cabe en el alma, estaba afligido por la muerte de Salvador Sánchez. De pronto, enfrentándome a él, otro gallo hubiese cantado habría estudiado su estilo. Ya todos saben lo que pasó, no salí a pelear en el round once porque estaba cansadísimo, y entonces el árbitro le levantó el brazo a Laporte como el nuevo campeón mundial del peso pluma.
Pocos meses después me recuperé emocionalmente y seguí ganando combates. Llegué a ser nuevamente retador número uno, pero la oportunidad de títulos mundiales no se dio. Luego, me fui a Winnipeg (Canadá), donde trabajé 10 años en una multinacional de excavaciones y boxeando, hasta cuando hice mi última pelea como profesional, el 3 de junio de 2004, ganándole por decisión unánime en 4 asaltos a Billy Tibbs
”.
Proyectos

Hoy, este hombre que sigue enamorado del boxeo, que en el campo aficionado realizó 45 peleas, perdiendo solo 5, campeón nacional junior y declarado el boxeador más técnico del torneo en Bucaramanga, que en el profesionalismo combatió en 47, ganando 42, 25 por knock out, empatando 2 y perdiendo 3, quiere ver inmortalizada su grandeza en un escenario que lleve su nombre.
Anhela que se recupere el Coliseo Cubierto Humberto Perea (para ello confía en el alcalde Alex Char y el gobernador Eduardo Verano), para cristalizar un proyecto sobre la enseñanza del boxeo, para que llegue a un sitial de preferencia, no solo a nivel nacional sino internacional.

Bitácora

Participación

Por Pedro Conrado Cúdriz

“Nadie ha podido entender el silencio en medio de un grupo que canta y ríe.”

Si te quedas callado seguramente no pasa nada, pero si participas y dices algo, estalla algo, despiertas la memoria de todos, despiertas del letargo de la mente la luz de la vida, despiertas los sueños, las ideas que viven quietas en el cementerio de los recuerdos, y resucitan y nos tocan con sus alas de sueños, nos incitan, nos invitan a caminar por caminos desandados o caminos conocidos.

Si dices algo se despierta el universo y entonces todo cambia, porque son varias las voces que juegan con la realidad, que la interrogan, la escudriñan, la critican y la zarandean.

Si te quedas callado seguirá todo igual o como estaba antes, con sus groseras escaleras, con sus máscaras y escondrijos de siempre, con las mentiras del otro. El silencio algunas veces es una trampa para no  conversar, o es echarle tierra a nuestro dolor, a la ignorancia, pero también es negación del otro.

No calles, juega con las palabras, con la magia del encuentro, conversa.

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Voluntad

“… todo fue hermoso, sobre todo, todo fue movimiento.”

Hoy decidí llamarme Voluntad, cambié mi antiguo nombre por Voluntad, porque creo que todos los hombres deberían llevar este nombre, que arrastra, que lleva, que empuja, que mueve el cuerpo, que incita, que transforma pequeños pedazos de mundo, que hace lo que tiene que hacer para alcanzar una estrella. En fin, decidí llamarme así, Voluntad, porque creo en lo posible y en lo imposible, en la calle y en la escuela, en mis piernas de hierro, en lo que pienso y en lo que hago. Voluntad, me llamó una amiga, y el universo se movió conmigo, igual las cosas, la gente, el hombre, las pelotas, las plantas, las rosas, los sueños, las locuras, todo se movió sin preguntas, sin abulias, sin gritos, todo fue hermoso, sobre todo, todo fue movimiento.

domingo, 1 de noviembre de 2015

LA MUJER GUAJIRA DEL AYER, DE HOY Y DEL MAÑANA

TUU JIETKA  ALIKAINKA, SOUKAI OTTA WATTA
 LA MUJER GUAJIRA DEL AYER, DEL  HOY  Y DEL MAÑANA
 
Por Delia Rosa Bolaño Ipuana

La historia ha sido precisa y radical en cuanto a los procesos de la liberación femenina en el mundo, desde el siglo XVIII la mujer ha venido luchando a favor de sus derechos desde la Revolución Industrial en Europa, revolución que despertó en la mujer el reconocimiento de sus capacidades y la necesidad de aportar al mundo con su decisión, fortaleciéndose más afínales del siglo XIX, con la revolución que se hizo  en Estados Unidos por un grupo de mujeres, protesta que las llevó a obtener su derecho al voto en el siglo XX en gran parte del mundo, la mujer a partir de este momento empezó  prepararse y a desempeñar importantes cargos decisivos.
 
Partiendo de estos  acontecimientos históricos también he deseado  exaltar  a la mujer guajira, es para mí, como escritora y gestora, importante resaltar nuestras cualidades y todo lo que hemos aportado cada una desde nuestro campo, al desarrollo de nuestro departamento, la capacidad de liderar y compromiso para el bienestar de nuestro pueblo;  el carisma, la inteligencia, la creatividad y dominio propio nos  han abierto escenarios en todos los campos en lo departamental, nacional  e internacional; en estos momentos hemos demostrado todas las cualidades y dones especiales de las que estamos dotadas y además,  nos escribe en  la historia y nos enmarca hacia el futuro.
 
Oneida Pinto es una gran representante de la mujer guerrera, emprendedora  y valiente,  se ganó el respeto  y el amor del pueblo guajiro. Hombres, mujeres y jóvenes salieron a decirle “sí” a esta mujer admirable, sabemos que no  nos  defraudara  y  que su equipo de trabajo será impecable y digno para un pueblo que necesita cambios significativos.

Como ella hay muchas mujeres en nuestra amada Guajira, que han llevado y que seguirán dando lo mejor  por nuestra  tierra en todos los ámbitos y en cada uno de nuestros municipios; en  Uribía, donde se mantiene vivo e intacto el Cielo de Oportunidades; Maicao y su comercio; Manaure  y sus salinas; Riohacha, nuestro distrito turístico; Barrancas, la tierra amable; Albania, la Princesa Negra; Hatonuevo,  donde se fortalece la amistad; Fonseca, tierra de cantores; San Juan del Cesar,  tierra de compositores y  su luna Sanjuanera; El Molino, Villanueva, Urumita, y así en  cada rincón de mi tierra donde existen  grandes mujeres dignas de ser honradas, en el ámbito periodístico, cultural, en la literatura, en la música, la composición, en la política y  en lo social.

Mujeres que han marcado la  diferencia dentro y fuera de nuestra tierra, su majestuosidad tan similar a la del Mar Caribe, nuestras mantas que danzan al vals del viento proyectando el feminismo y nuestra belleza, nuestras artesanías que plasman nuestros sueños, nuestra misión de tejer el mañana, nuestros chinchorros que mecen nuestras tradiciones y creencias,  que aun a pesar del tiempo hemos resistido a tantos golpes que nos hacen fuertes y dignas de posesionarnos en todo campo.

Frente al mundo la mujer guajira ha llevado la antorcha de su pueblo, ha tenido que reflejar la grandeza y el dinamismo de una tierra que ha resistido a la historia, una tierra étnica, un pueblo wayúu que demuestra con grandeza su equilibrio frente a la globalización y con orgullo levanta la frente ante las brisas del noreste.

Hubiese deseado plasmarlas a cada una en esta columna, pero son muchas, estoy en el trabajo de llevarlas a todas, sus obras y vida muy pronto estarán en sus corazones, en una obra que resalte su trabajo y aporte desde sus campos en el desarrollo de nuestra amada Guajira.

Así somos las mujeres guajiras… encantadoras, mágicas y exóticas como el amanecer radiante del Cabo de la Vela y el atardecer naranja de Nazaret y Puerto Estrella; mi Guajira grande.