martes, 23 de junio de 2015

Hambre y sed del pueblo guajiro

Hambre en La Guajira,  una historia que se cuenta, pero que no se  reflexiona…

Por: Delia Rosa Bolaño Ipuana

Hace seis años mis hermanos wayúus padecen hambre y sed, hace seis años el Gobierno Central actual se llevó arbitrariamente los recursos de La Guajira, dinero de su suelo, de su gente, para administrarlo, según ellos, pero…  ¿hemos pensado el origen de toda esta situación negativa que “hoy preocupa a todo un país”?

La ignorancia es la principal  causa…  somos un pueblo que ignoramos muchas cosas, la falta de lectura lleva a no entender lo que realmente sucede en La Guajira, a que se engañe, se confunda y a que se entre en conflictos entre guajiros, a buscar culpables entre hermanos.  Esta situación limita el tiempo de pensar,  esto le conviene al Gobierno Central, que se siga en la ignorancia, a que no se lea para tratar a cada hermano guajiro como quieren, y sin analizar   se entra al juego de buscar culpables entre nosotros, cuando realmente el origen de esta situación de hambre y sed proviene del centralismo.

El hambre y la sed en La Guajira tienen como origen real la decisión equivocada del Gobierno actual para
manejar los recursos, se los llevaron porque les dio la gana, porque según sus argumentos baratos, los guajiros se los robaban. Ahora hago una pregunta: ¿Quién se roba lo que es suyo?, es decir, según la sabia decisión del Gobierno Central ¿La Guajira le está robando a qué departamento? De verdad, si alguien tiene un recurso propio, de sus suelo ancestral, no creo que exista robo, si a usted le dejan una herencia y se la come toda, no hay problema, el recurso es suyo, es decir, si el recurso no fuera del territorio guajiro y perteneciera al  territorio de Cundinamarca o a otro departamento de Colombia  y  La Guajira se lo hubiera traído, allí sí estaría robando, mientras los recursos  sean de La Guajira, se le  está robando a ella, desean acabar a La Guajira de alguna manera, lo disfrazan con argumentos que llevan a confundir y a engañar a todo un territorio, pero esto es por culpa de lo que se ignora,  por la falta de lectura y preparación en la que se encuentra La Guajira.

No hemos planificado bien”, me decía una amiga guajira con quien reflexionaba sobre nuestra situación frente al mundo, ahora como guajira y wayúu reflexiono y  deseo que lo hagamos todos, se debe planificar y encontrar soluciones, así como se le quitó al Departamento los recursos y además, se le castiga porque ya no está en sus manos, ¡por Dios!, ¿hasta dónde pensamos llegar, tawalayu (hermanos) wayúu? Así mismo debemos luchar por que regresen.

Hace seis años no se registraba hambre, ni sed en La Guajira, esto se registra desde que el Gobierno se
llevó arbitrariamente los recursos, para dar participación general a todos los departamentos, “por su sabia decisión” La Guajira está jodida… Si analizamos el sistema general de regalías, es  sorprende ver cómo hay proyectos millonarios  de reestructuraciones y de infraestructuras  en departamentos muy ricos intelectual y estructuralmente comparado con La Guajira, esto me lleva a imaginar  que el Gobierno invita a que si  ve  y sabe  de alguien pobre o humilde que nunca ha tenido un texto en su mano, que no tiene la capacidad de entender, reflexionar  y por el  destino, “quien  es atrevido” llega a tener un recurso  a pesar de su ignorancia, es imposible  que se le pueda  dejar, ni mucho menos ayudarlo a que lo administre, la idea es quitárselo por que no se lo merece, hay que dárselo a quien ha  estudiado, al que necesita verse mejor, crecer más sin importar la situación del real dueño, esto es ilógico. Los guajiros quienes son dueños del recursos natural solo tiene migajas, sobras, y al centralismo le conviene no ayudar a solucionar esta problemática, si existían malos manejos  de los recursos en el departamento  la decisión no era distribuirlos en todo el país, la idea era que desde la Nación se crearan proyectos generadores de cambio y de impactos  para la población de La Guajira, fue un error llevárselos para dejarnos más jodidos de lo que estábamos.  Esta decisión equivocada, hasta ahora solo ha traído más complicaciones a nuestro territorio, ¿con qué intención? Todos los sabemos, pero nos hacemos los de la vista gorda, hay que pensar, analizar y actuar, hermanos guajiros, para que no nos sigan fraccionando, y contribuir a su real objetivo, llevarlos a fortalecer nuestra ignorancia.

Alguien del interior del país me decía: “Es que Colombia somos todos”. En algunos casos, le decía, y cuando conviene, en este caso el recurso de La Guajira debe ser dirigido para el progreso de ella, no para su muerte y total destrucción. ¿Por qué no se llevan también la contaminación, y los daños que le hacen a nuestro territorio?, eso también deberían los colombianos sufrirlo y decirle al centralismo: trabajemos en equipo con los recursos de los suelos guajiros para su progreso, no para tenerle lástima y seguir engordando con su dinero. Suelten el dinero, apoyen a La Guajira con solución, el dinero está en sus manos, ¿dónde está la iniciativa del Gobierno Central para prosperar  a mi Guajira? 

Lo sabio que hubiera hecho el Gobierno  era acompañar  en la supervisiones y en los manejos del recurso, de las obras que se decían que se hacían para La Guajira, la orientación y educación real e íntegra, pero lo más fácil y ventajoso para ellos  fue  llevarse la regalías  para administrarla por medio de proyectos que regresan, porque, según su ellos,  no alcanzan el nivel de pruebas y exigencias que ellos mismos crean, requisitos creados sin importar y conocer  realmente lo que  necesita el pueblo guajiro. Todos esos requisitos son una mentira, el recurso se lo llevó Gobierno Central para beneficiarse él y los departamentos que consideren merecedores del recurso de La Guajira, solo  hemos caído en su trampa, en generar  conflictos entre guajiros, buscar culpables, mientras las jugosas regalías llegan a sus bolsillos. ¿Qué le hemos importado? Guajiros, debemos analizar esta situación y hacer que los  recursos vuelvan, ya basta de ser utilizados, engañados, ninguno de los que estamos en La Guajira es culpable de nada, somos culpables de la falta de conciencia, del aumento de la ignorancia, Cerrejón entrega los recursos totales al Gobierno Central, a pesar de ser una empresa privada, ha hecho lo suyo, pues no se rige por sí sola, debe cumplir con las exigencias del Gobierno Central: La misma historia lo afirma, desde las administraciones pasadas, entre los años 70 y 80, cuando nos vendieron a multinacionales extranjeras, es decir, el atropello y abuso hacia los guajiros viene desde siempre, ¿dónde está el trabajo de nuestros Representantes con respecto a este tema?, ¿para qué los elegimos? Por favor, basta de mentira, de atropello, del deseo individual o personal, trabajemos en equipo, empecemos a leer para entender el mundo, mis hermanos wayúus mueren de hambre, esto le sorprende al mundo y a mí también, pero lo que más me sorprende es que nos juzguen por ello, no somos culpables, nuestros recursos no están, se los llevaron para la Casa de Nariño, La Guajira está devastada, no es nuestra culpa, ni del Cerrejón, la culpa es de quien se los llevó. Ahora la pregunta: ¿Quién le roba a quién? 

sábado, 13 de junio de 2015

Desde las troneras del San Felipe

El oficio de escribir y sus laberintos

Por Juan Carlos Céspedes Acosta

Cuando un escritor se inicia en el mundo de las letras, no alcanza a imaginar las grandes dificultades con las que tropezará a la hora de querer publicar su trabajo. Al principio pensará, ingenuamente, que bastará con mandar un poema, un cuento, o cualquier crónica a algún diario para verse publicado. 

No faltará el iluso que agregue su fotografía tomada en estudio, donde compra al mundo con una sonrisa, su currículo generoso y manipulado para impresionar al editor o quien haga sus veces. Después irá al quiosco más cercano por un periódico para encontrarse con su propio talento. ¡Y tenga! Recibe el primer golpe de realidad. Su nombre no aparece por ninguna parte de las páginas revisadas con la lupa descomunal de sus ojos. 

Entonces comprende que ser escritor es una de las profesiones más duras del mundo. Empieza a visitar editoriales, a cotizar el precio de publicar libros, de desfilar infructuosamente por las oficinas públicas encargadas de hacer cultura, de involucrarse con políticos que le prometen libros en ediciones de lujo, de las propuestas vulgares de falsos mecenas, y un sin número de intentos frustrados que lo dejan sin aliento y con la certeza absoluta de que es mejor dedicarse a otra cosa. Todo esto sin contar el infarto familiar cuando "la primera célula de la sociedad" se entera del disparate de que quiere ser escritor. Lo anterior se multiplica por exponente infinito cuando el asunto es de poesía. Ahí sí se dañó el linaje, “¿y qué dirá la abuela?”.
  
De pronto se le enciende el bombillo y piensa en las revistas. Inicia una seguidilla de envíos por correo físico y virtual, después mucho silencio y la incertidumbre de si los trabajos habrán llegado a su destino, si la dirección estuvo correctamente anotada. Pero lo más grave es que comienza a dudar de sí mismo, y si en verdad tiene las cualidades necesarias para ser considerado poeta o escritor, según sea el caso. 

La resaca le dura un tiempo determinado, depende de la voluntad de cada quien, posteriormente fija su atención en los concursos literarios y ve un sol al final del escabroso túnel. Comienza el conteo de cuartillas, pago de remesas, verificación de reglas y un etc. de caprichos de los organizadores: que Times Roman, que Arial. A veces se topa con su nombre en algún espacio sideral y arma una fiesta de quien ha obtenido el Nadal o el Cervantes. Pasado el jubileo aterricen pies, y a aprender informática, a darle duro a la tecnología para crear una página web para que el mundo sepa que existe.

Esta es la parte anecdótica, pero la parte siniestra es el tráfico de influencias, que no de talentos, de los que de alguna manera “han llegado”, del miedo de perder lo logrado, de que un aparecido mueva la silla. De la prefabricación de “ganadores” de concursos para vender un libro, de las editoriales sacando libros de “autores famosos” muertos hace mucho tiempo, a quienes no hay que pagarles derecho de autor; de los amigos que “redactan muy bien” ocupando páginas editoriales de diarios que no pagan porque suficiente es que se den un “baño de importancia”; y de otras muchas situaciones nacidas de la mediocridad, que no vale la pena señalar, por ser suficientemente conocidas.

Sí, escritor(a) o poeta, has escogido una profesión dura, muy dura, pero de ti y de nadie más depende hacerla digna. Si renuncias, simplemente no tenías el temple necesario que el arte exige.

viernes, 12 de junio de 2015

El ojo de la ceradura

Jairo Paba Salcedo
¡Después de la vida ese maldito dolor que llamamos muerte!

Por Tito Mejía Sarmiento

La noche del viernes 5 de junio de 2015, a las 7:25, levanté mis ojos al cielo barranquillero para hacer una jaculatoria. Noté que la luna no aparecía por ningún lado con la devoción errante de su nobleza eterna, como decían los poetas griegos en casi todas las noches del mes de junio. Esto me preocupó grandemente, porque yo también me dejo llevar por ese equilibrio de emociones fuertes, en muchas ocasiones. Entré en mi habitación enseguida como tratando de investigar ese vacío en el firmamento. Encendí mi computador y me tropiezo en el acto con varios mensajes: “Jairo Paba Salcedo acaba de morir, Murió el hijo de doña Cristy, El hombre del dedo arriba se nos fue, Fallece uno de los hijos favoritos de Dios”,… 

Ahí quedé quieto, ensimismado lloré, porque me vinieron a la mente una seguidilla de recuerdos ligados con mi vecino de hace cuatro años en el Tabor, con quien hablaba casi todas las tardes, con este gigante de la Radio del Caribe que le dio brillo a la comunicación social:

1) “Recién vinculado a Radio Olímpica A.M., muchos oyentes llamaban a la estación, preguntando por ese
locutor que arrastraba con su potente voz y nítida tonalidad, la consonante (R) erre (o ere, si se quiere precisar que representa el sonido vibrante simple) y que además, en sus turnos frecuentaba utilizar con mucho donaire refranes representativos de la Costa Norte de Colombia. Según nuestro director de entonces, Luis Altamiranda Sandoval, unos conceptos eran favorables en su gran mayoría y otros no. Altamiranda le tenía una fe inmensa a Jairo. Lo cierto es que en tan corto tiempo, Jairo se había constituido en el locutor más escuchado de Barranquilla en todas las capas sociales y por supuesto, el más cotizado y el mejor remunerado en toda la historia de la radiodifusión del Caribe. Lo demás lo conocen ustedes. Todas las emisoras querían a Jairo.

2) Hay un gesto muy humano de Jairo que lo tengo imbricado en mi alma para toda la vida: Mi primer hijo Nafer Alonso estaba hospitalizado en el Seguro de los Andes, debido a una méduloblastoma cerebelosa. Se necesitaba con urgencia una válvula de Hakim que no se conseguía en ninguna parte de la ciudad, para poder operarlo. Jairo fue a Cartagena, la compró de su propio peculio y se la regaló a mi hijo, quien desafortunadamente falleció en la intervención.

Algo me hermana contigo, líder; por lo sensible del momento se  escapan entrecortadas las palabras, mi metáfora está además destruida y debo parar aquí por cuestión de espacio y tiempo.  Guardo una vez más silencio, un silencio que parece extenso. Cada espacio de mi alma  parece deshabitado, aún confundido con tu partida estoy, y es normal esta situación emocional en todo ser humano porque es con lo que a diario vivimos, tropezamos con los escombros que van quedando en la memoria y, por supuesto, ni siquiera los espejos de la realidad a veces los pueden descifrar. 

Tú sabes que tengo mucho que contar de ti, mi admirado colega, y trataré hasta donde sea posible, narrarlo en un libro que titularé: “Jairo Paba Salcedo, el mejor locutor de cabina que parió el Caribe Colombiano en todos los tiempos”.

¡Ahora entiendo porque la luna no quiso salir la noche del 5 de junio de 2015 a las 7:25, ella también estaba triste, triste por ese dolor de vida, ese maldito dolor que llamamos muerte y que llegó precisamente un viernes para recordar! ¡Conmigo no se va a crear el olvido! ¡Dedo arriba, Jairo!...y, ¡Adiós como tú decías al finalizar cada turno! ¡Descansa en paz, mi pana que “el pájaro intenta alcanzar al pájaro que vuela con su nombre”, como dice el poeta argentino, Leopoldo Teuco Castilla!

martes, 9 de junio de 2015

Bitácora

“El ateísmo corresponde a una ruptura, como cuando un hombre fuerte como un toro, te parte un hueso.”

Por Pedro Conrado Cúdriz

Ser ateo en el día de hoy no es tan asombroso como hace cincuenta años, lo que quiere decir que entre la multitud de creyentes siempre encontrará más de tres jóvenes que han decidido romper con las cadenas de la religión. Desaparecida la Inquisición y la cacería de brujas conservadoras del pasado y con una sociedad cada vez más liberal, las gentes han decidido sin contemplaciones por el ateísmo.

¿Por qué eres ateo?
-Los que me conocen, y los que no me conocen, cuando saben que estudié sociología, creen que mi ateísmo tiene origen en el estudio de la sociología. Esta clase de prejuicios profesionales, terminan muy mal, porque realmente el ateísmo es una experiencia extraordinaria como lo es la creencia misma en algún dios. Estas dos experiencias, sobre todo el ateísmo, corresponden a una asunción o a una ruptura, algo así como cuando un hombre fuerte como un toro, te parte el fémur. La sociología te abre los ojos, pero eso llega hasta ahí, porque si uno es un creyente convencido no pasa nada, absolutamente nada.

¿Entonces?
-Todos los tiempos del hombre no son tan inocentes. Yo pase por esa esquina. La inocencia me jugó una mala jugada, creí y punto. A veces la inocencia lo conduce a uno a un callejón oscuro. Esa es la religión.

¿Cómo así?
-La religión termina siendo un sistema, un invento humano para el control social. Creer no significa esclavitud, ni sometimiento, ni extrañamiento. Al final es un juego para engordar las finanzas de los más sagaces. Pero sigue siendo control especial en contra del mismo hombre. El titiritero mayor conoce la mente humana. Pero usted puede encontrar creyentes muy racionales y también ateos tan dogmáticos como cualquier fanático religioso.

¿Cómo empezó todo?
-Uno no selecciona a sus padres, tampoco selecciona el mundo donde abrirá los ojos por primera vez, tampoco la cultura, tampoco la religión. La educación y la cultura nos introducen en la oscuridad de los adultos, que repiten en el niño todo el fervor aprendido. Un día te obligan a rezar, una dos, tres y cuatro veces, luego vas a misa, igual, uno, dos y tres veces, hasta que te convencen de algo que tú no conoces ni haz visto nunca, ni estás convencido. Así funcionan las creencias religiosas, así funciona la cultura. Nadie, aparentemente es culpable.

¿Qué te convenció de la inexistencia de dios?
-La tragedia del hombre, las particulares y las generales. La primera y la segunda guerra mundial, Armero, Haití, El Choco, las masacres, las violaciones sexuales contra las niñas, los femenicidios. Nada que no sea humano, nada extraordinario. La historia del hombre es humana y siempre es la lucha entre la belleza y la fealdad. La lucha sempiterna entre el bien y el mal.

¿Ya no duda de la existencia de dios?
-No. Ni siquiera es escepticismo, porque al escéptico lo alcanza la duda. No niego que hacer tránsito a otro estado como la negación de dios, es dura, terrible. Dejar de creer crea un vacío que hay que llenar con otra creencia más o igual de poderosa que la anterior. Es como el síndrome de abstinencia alcohólico.

¿Qué haces cuando tu interlocutor es un creyente?
-Espero a ver si intenta imponerme su creencia. Simplemente juego, pero no lucho como lo hacen dos boxeadores. Soy muy tolerante, empático. No lo descalifico pero tampoco le permito ingresar a mi mente. Cuando lo hace, es decir, cuando intenta ejercer su proselitismo religioso, pierde sentido para mí, porque esa persona intenta ejercer una fuerza que rompe el equilibrio de la relación. Además, como no es empático, no es sabio, es un inquisidor y repugna.

¿Los ateos dejan de experimentar con lo sagrado?                        
-¿Por ser ateos? No, no lo creo, ni la imaginación, ni el concepto de universo desaparecen, menos lo sagrado. Antes de la religión ya el hombre había experimentado con lo sagrado. La cueva fue quizás, el primer lugar del espanto y lo sacro. Aunque la irracionalidad y el miedo son su perdición, nunca, óigame bien, nunca va a morir la experiencia sacra.

¿En qué cree?
-En el hombre, del que casi siempre obtengo las respuestas que busco, en dios no las encuentro, y las respuestas de él, si existen, son azarosas, coincidentes con la mala o la buena suerte. Al hombre lo veo todos los días, a dios nunca lo he visto, el hombre es de carne y huesos, dios es etéreo, una idea de dominio y de súplica para que funcione la vida. No es cuestión de fe, es cuestión de lucidez.

Usted es sociólogo, es un hombre con un pensamiento moderno. ¿Nunca lo volverá a tocar la idea de dios, como usted lo define?
-Nunca más. Si por alguna circunstancia nota alguna debilidad en mí, seguramente estaré haciendo tránsito a la locura, como lo sentenció Saramago. Es difícil la regresión, si ocurre es porque jamás dejé de creer en su dios. Pero no tema, porque el mundo es tan pragmático hoy, que el escepticismo es un caballo troyano que cabalga libre por el mundo. Los que dudan y los creyentes le hacen más daño a la religión que los ateos.

¿Ha tenido problemas por su ateísmo?
-Muy pocas veces. He sido agredido por algunos lectores. Cuando Emboscada, fue increíble la reactividad de los jóvenes. En contravía, pasó algo parecido, e incluso, con un libro reciente e inofensivo como “Desentusa el bollo de yuca,” patrocinado por el Ministerio de Cultura, alguien leyó todo el libro menos la parte textual mía, por mi ateísmo confeso.

¿Qué piensa de esa experiencia?
-De esos lectores no sé qué pensar, atacan mis libros, no a mí, creo. Pero el mundo es tan diverso, que todavía es posible rastrear esta mentalidad medieval.

¿Se puede ser feliz sin dios?
-No se le olvide que dios es un ser impotente para hacer feliz al hombre, que el dios dinero, ni el dios fútbol tampoco hacen feliz al hombre. Y esto es lo terrible e igualmente lo increíble. El paraíso es una ilusión, un mito, y en él, el hombre no fue feliz. Recuerde que se escapó por aburrimiento. Lo terrible, es el vacío que origina la experiencia humana. Lo increíble, la búsqueda de la felicidad. Ese ha sido siempre el sentido de la lucha humana. En algunas ocasiones vence el mal, como en las guerras, pero también en otras ocasiones es el bien el que vence. La vida humana siempre ha sido así, y seguirá así…

El ojo de la cerradura

¡Cuando el recuerdo es rastro enorme que descansa sobre las órbitas del infinito!
¡Gracias, colega Roger Araújo Ensuncho por apodarme “Sensación”!

Por Tito Mejía Sarmiento

Corría el año 1975, cuando yo emprendía mis pinitos (turno de 12 medianoche a 5 de la madrugada) en la emisora Radio Reloj, “La pantera de Barranquilla” de la Cadena Caracol, que estaba ubicada frente a Bellas Artes, concretamente en la edificación denominada “La Perla”.
El Carnaval de Barranquilla estaba en toda su magnificencia, debido a que en su programación, sobresalía el reinado internacional con la participación de grandes beldades de varios países. A pesar de que yo entraba a laborar a las 12, trataba en todo sentido, de llegar temprano a la estación radial a las 9 de la noche porque vivía en ese entonces en mi natal Santo Tomás, Atlántico, y el transporte era demasiado pesado.

Varias emisoras se dieron cita aquella noche de carnaval en el teatro de Bellas Artes, donde se celebraba un encuentro con las reinas internacionales, y precisamente ahí, estaba como invitado especial por haber regresado de triunfar con la cadena Caracol en el mundial Alemania 1974, Roger Araújo Ensuncho, “El mundialista”, “El cañón del Caribe” comandando la tropilla de Radio Reloj que además contaba esa noche, con Sergio Ramírez, Luis Arias, Ley Martín, Mauricio Rieder, este servidor y la dirección del maestro, Carlos Consuengra Donado.

Cuando la luz de la luna parecía derramarse sobre las ramas de los almendros y robles en la entrada del teatro de Bellas Artes a las 10 de la noche, hizo su arribo la representante de Curazao, Neicy Bradford, quien a la postre se llevaría la corona ese año. Los colegas comenzaron a hacerle preguntas relacionadas con nuestras fiestas, pero la reina no respondía nada, al contrario estaba atragantada en el asombro de tantas preguntas que ella no podía responder por no saber Español. Alguien de la comitiva le dijo que ella sabía Inglés y Papiamento; en el acto le dije a Roger, que me diera un chance, que yo les servía de intérprete a todos mis colegas no solo de Radio Reloj sino de las otras estaciones. No pasaron 15 minutos de la entrevista en Inglés, cuando Roger soltó la expresión: ¡No joda, Tito, esta vaina es de Sensación!...Y “Sensación”, me quedé, bautizado para toda mi vida radial.

Muchos años después, sería su voz comercial en Colmundo Radio Barranquilla, donde pudo comprobar el tono sostenido de su prodigiosa voz y eximia dicción durante los 90 minutos de los partidos de fútbol y por supuesto, la precisa descripción relatora para beneplácito de la audiencia deportiva.

Roger se consagró narrando tres campeonatos mundiales de fútbol: Alemania, España e Italia, con la cadena Caracol. Tres Juegos Olímpicos, Moscú, Montreal y México. Diez vueltas a Colombia, cuatro vueltas a Francia, catorce Copas Libertadores, Juegos Bolivarianos, Centroamericanos y Panamericanos. Amén de ser un perfecto narrador de boxeo. Había laborado también en RCN, Emisora Atlántico, Todelar, Radio Tropical y El Minuto de Dios.

Su voz se apagó el martes 12 de mayo de 2015, en una clínica de Barranquilla, pero estoy seguro que quedará flotando para siempre en nuestros tímpanos como una bella metáfora que acosa la luz de la palabra, en medio de la escurridiza realidad.

¡Paz en tu tumba, gran colega Roger!... ¡Dame tu estilo, Roger!
¡Y gracias, Roger Araújo Ensuncho, por apodarme “Sensación”!