jueves, 25 de enero de 2018

Atraco, secuestro y valentía

ATRACO, SECUESTRO Y VALENTIA 
(gracias wayunaiki)

Por Delia Rosa Bolaño Ipuana

4:00 a.m. martes 16 de enero, me levanto como una de esas pocas mañanas con la ilusión de estar pronto en casa de mamá, en la tierra del sol, Uribia, casa en donde viví uno de los capítulos maravillosos de mi existencia, barrio Abuchaibe Ochoa esquina.

Aunque mamá ya no está allí, sus recuerdos y los míos aún permanecen intactos como el primer día…

Son las 5:00 a.m. el café ya está listo, lo tomo con una pequeña angustia que me acompaña desde anoche, el olor a café llega a Rafa, el señor de la tienda vecina, quien me pide un poco, él, Kali y yo observamos mientras los perros: Camy, Toby y Julito juegan entre ellos, reímos y conversamos un poco.

5:30 a.m. miro el reloj de mi S6, brinco y digo es tarde, debo partir, rápidamente organizo mis cosas, agarro mis libros Lagrimas de Abril, Teichon y Marielita.

6.00 a.m tomo un carro de la empresa COCOPANDE, nos dirigimos a 4 vías, en camino observo unos videos de música que me entretienen un poco, se proyectaban de unas pequeñas tabletas que permanecen fijas en la parte superior los asientos del conductor y el copiloto.

9:20 a.m. ya estoy reunida con la encargada de cultura en Uribia, centro cultural Glicerio Tomas Pana, hablamos sobre el VI ENCUENTRO INTERNACIONAL LITERTURA AL MAR, HOMENAJE A LOS PERIODISTAS.

10:00 a.m. visité a mi querida comadre, con quien pude, de milagros, hablar con ella y dedicarle mi último libro MARIELITA LA TORTUGA Y PAKO EL ROJO CARDENAL, gracias a la querida Milaneth y mi hermana Esther pude ir a Uribia y sentarme con la comadre y así salude  a todos sus familiares y amigos que pude ver y estrechar abrazos, como a Milo, Rene, Riggy, Leidis, Deya, Coshi, Faradis y así amigos de infancia, de batalla, contarles un poco de mí...

10:40 a.m. llegué por fin a casa, estaban mis sobrinos jugando afuera, Sofi, Chinito, la viejita, la ovejita, al verme después de mucho tiempo, gritaban y saltaban de alegría, no pude evitar unas cuantas gotas de lágrimas de tristeza al no ver a mamá recibirme, solo papá salió a hacerlo, mis hermanos, mis cuñados, bueno llegue a casa a compartir unos minutos con ellos…

11:30 a.m. en Cuatro vías compré tres frichi, en la enramada de la Mona me comí uno mientras hablaba con unas paisanas allí. Unas cuantas fotos me tomaron ellas, tuve que indicarle cómo hacerlo, también me sorprendía cómo un carro del ejército vendía la gasolina que quitaban a los contrabandistas, ellas se quejaban de esta situación terrible en la que están algunos héroes de la patria, ya no solo son los policías, ahora también ellos, realmente es indignante ver y escuchar esto…

11:59 a.m. el susto, la sorpresa, seis wayúus fuertemente armados, nos detuvieron el carro donde me monte para  llegar a mi hogar nuevamente, alguien dijo: acelera, yo grité al conductor, a quien acompañaba como copiloto, noo, porque nos matan, detenga el carro, le dije super asustada, mi teléfono que cargaba en la mano, lo lancé bajo mi asiento, abrí la puerta y le entregue mi bolso a un joven paisano quien estaba encapuchado, mientras le entregué mi bolso, que estaba full de mis libros, le dije: en wayunaiki: wayuu taya (yo soy wayuu) paapa tuu puchekaka pain, puula takarlousu tawalachon(toma lo que te sirva, aunque no llevo sino mis papeles, hermano, me lo dejas por favor) tiró mi bolso a un lado y nos dirigieron al monte a los cinco que  íbamos,  todo el tiempo les hablé, aunque asustada al ver tantas armas apuntándonos sentí ganas de… sin embargo, una pequeña oración también me acompañaba, mis tacones los olvide, las ramas que me fueron arañando mis brazos y hombros, no me importaron en esos instantes, nos sentaron a todos, mientras el carro fue introducido al monte y revisado, alguien me decía háblales, pues ellos atendían a mis palabras, era la única que hablaba Wayuunaiki, les digo que desde ese día comprendí el valor del mismo, a todos los hombres los revisaron, les quitaron billeteras, dinero y celular, la única mujer era yo, cargaba mis reloj, mi anillo que pude quitarme mientras nos condujeron hacia otro lugar, los fui tirando como pista por si no volvía más… a uno de ellos les dije, jalainjana waya tawalachon, putawaya yaya (para donde nos llevan déjenme aquí), les dije.
-No pasa nada, ya se van, me dijo

Nos mandaron hacia el carro que estaba a unos cuantos metros de nosotros. Váyanse ya, nos dijeron, corrimos, me pude quitar mis tacones, salimos a la carretera nacional, estábamos en la vía privada de Cerrejón, acostumbro a tomar este trayecto, ya que es común que ocurra por Carraipia este tipo de situación , pero sucedió… ya libres, me dirigí hacia el punto inicial, me gritaban mis compañeros de viaje- vamos ¿para dónde vas?
-A buscar mis cosas, ellos me dejaron, pero en ese instante llegan los de seguridad de Cerrejón, quienes me decían también: vamos deje eso. - les respondí: no, no puedo y me adentré a buscar mi bolso, mi reloj y mi anillo, al salir me dijeron: -lo encontró, - por supuesto le dije, no vuelva hacer eso, me dijeron, arriesga su vida - lo sé, les dije, pero ya está hecho.

Perdí mi S6, si lo hubiera tenido en mi bolso aún lo conservaría, lloré dando las gracias a Dios por mi vida, por que regresaría a casa…

2.00 p.m. de nuevo en camino, no tenía cómo comunicarme nuevamente con mi familia quienes estaban angustiados al saber que estuve en peligro, muchos retenes nos detuvieron de militares y policías, quienes ahora se dedican en quitar los cuantos galoncitos o galones de gasolina que llevan los padres de familia que se levanta a diario a buscar el sustento, arriesgando su vida, mientras las vías están solas a merced de asaltantes, ¿qué sucede con los héroes de mi patria?, por favor, no caigan en tan bajas acciones, manténganse firmes en su misión de resguardar al pueblo.

21 de enero de 2018, en mi escritorio, con otro café, viendo a mis cachorritos, con mi pc y con un nuevo móvil escribo este suceso con el que arranqué este año, viva y dispuesta a afrontar los retos que ella misma me ponga.

miércoles, 3 de enero de 2018

Por el ojo de la cerradura

¡Gustavo Petro, el triunfo de la esperanza!

Por Tito Mejía Sarmiento 

Con la llegada de este nuevo año 2018, manifiesto públicamente que  votaré en las elecciones presidenciales por Gustavo Francisco Petro Urrego, (Oriundo de Ciénaga de Oro, Córdoba, 19 de abril de 1960).

Pienso sin temor a equivocarme que, este destacado político y economista colombiano, egresado de la Universidad Externado de Colombia, es el mejor candidato para este momento coyuntural por el que está vadeando  el país ya que los otros son “cucarachas del mismo calabazo” como decimos popularmente en la Costa Caribe.

Los enemigos de la ultraderecha con su maquinaria política lo han querido derrumbar inventándole cuanta porquería se les ha ocurrido en sus cabezas mefistofélicas, pero no han salido victoriosos porque Petro siempre  ha demostrado  su inocencia, pulcritud  y seriedad por encima de cualquiera trapisonda…

Quiero decirles amables lectores, que nunca  he cruzado palabras por teléfono  con Petro, ni lo conozco personalmente, pero  he seguido de cerca  su  trayectoria política desde hace más de dos décadas. Su calidad humana no tiene discusión y su inteligencia es reconocida no sólo en Colombia sino en el exterior por propios y extraños.

Tengo conocimiento que desde temprana edad vivió en  Zipaquirá, donde ocupó diversos cargos públicos.  En su juventud fue parte de la guerrilla del M-19.  Además, entre 1990 y 1991, fue asesor de la Gobernación de Cundinamarca. Junto a otros desmovilizados del proceso de paz, Petro fue cofundador del partido político Alianza Democrática M-19,  movimiento que participó en la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 y, en consecuencia, influyó en la redacción de la Carta Magna. Con el apoyo del M19, llegó también a la Cámara de Representantes en 1991, por Cundinamarca. En 1994, aspiró a ser reelegido en la Cámara pero no alcanza suficientes votos. 

Posteriormente, Petro fue amenazado de muerte y decidió abandonar el país; es nombrado agregado diplomático  en Bruselas por el gobierno de Ernesto Samper, viajó a Bélgica junto a su familia; del mismo modo, otros ex-combatientes del M-19 fueron nombrados en embajadas europeas; Petro renunció a este cargo en 1996. 
Petro fue   elegido en las elecciones legislativas en el país, entre ellas la de Senador de la República por el Polo Democrático Alternativo, cargo al que accedió en las elecciones del 2006, con la segunda mayor votación del país. En el año 2009, tuvo que renunciar  de su cargo para aspirar a la Presidencia de Colombia, en las elecciones del 2010, en representación de la misma colectividad. 
Tras inconvenientes y diferencias ideológicas con los líderes del Polo Democrático Alternativo, abdicó a la colectividad y fundó entonces el movimiento Progresistas, para competir  por la alcaldía de Bogotá. El 30 de octubre de 2011, fue elegido Alcalde Mayor de Bogotá en las elecciones locales de la ciudad,  cargo que asumió el 1 de enero de 2012.

Les recuerdo que gracias a Petro, muchos políticos corruptos, paramilitares, llámense senadores, representantes a la cámara, gobernadores, diputados, alcaldes, concejales están en la cárcel ya que  tuvo el valor civil de cantarle la verdad con pruebas fehacientes  en sus propias caras sin en el más mínimo asombro de miedo. Petro denunció la presunta infiltración paramilitar en la Fiscalía General de la Nación durante la gestión de Luis Camilo  Osorio. 
Invito, pues, a mis queridos lectores que voten por Petro y no  por aquellos que  con un cinismo ciclópeo (porque después de pertenecer a los partidos políticos que han mancillado durante largos años a los habitantes de la nación, verbo y gracia, liberalismo, conservatismo, Centro Democrático, Cambio Radical, Partido de La U., recolectaron “las firmas necesarias para respaldar sus aspiraciones presidenciales”. Es decir, otra trampa mortal para nosotros. Bien lo dijo el columnista Felipe Morales Mogollón que “la proliferación de esas candidaturas deja en evidencia que no necesariamente se trata de una alternativa democrática, sino, por el contrario, una forma de pasarse por la faja la normatividad, la ley…”

La gran mayoría de los colombianos conoce hasta la saciedad que los partidos tradicionales están sobreviviendo desde varios años gracias a la burocracia, corrupción, al manejo de las famosas mermeladas, pero ya dejan mucho que desear como partidos desde el aspecto ideológico y organizativo. Entonces, llegó el momento de votar masivamente  por Gustavo Petro Urrego, el triunfo de la esperanza.

Tito Mejía Sarmiento - Filólogo, poeta y locutor