viernes, 23 de mayo de 2014

Impresiones

La luz ha sido anunciada

Por Nadim Marmolejo Sevilla

La poesía de Conrado Alzate Valencia (Riosucio, Caldas) es realmente luminosa. Sus versos son como un resplandor que revela el abismo terrible que ocultan las sombras monumentales de la historia. En ellos viene bien empacada la cura del aburrimiento y la irreflexión en la que cada día cae la juventud, principalmente. La lectura de su reciente antología personal “Cantos para anunciar la luz” es un modo estupendo de escapar de las garras de tales monstruos modernos.

El poeta Alzate Valencia invoca el auriga de los sueños para poder llevar su mensaje al espíritu de los hombres que han sido avasallados por la transformación de la cotidianidad, cuya característica más sobresaliente es la entrega total a las nuevas tecnologías que lo han convertido en un ente casi de piedra, insensible, a veces, e impertérrito en otras ocasiones, ante las inclemencias del tiempo infalible. Sus poemas no son una respuesta a todo, pero sí un motor para que cada quien se haga las preguntas correctas.

En las páginas de “Cantos para anunciar la luz” la poesía logra hacer visible su mejor rostro. Cada palabraestá preñada de albor y está inspirada por la fuerza demoledora de la esperanza y el amor al prójimo al que poco crédito le otorgara en el pasado lejano el profético Friedrich Nietzsche.

Las pequeñas y grandes conclusiones filosóficas y existenciales a las que ha llegado en la vida Conrado Alzate Valencia, son las que van montadas en el lomo de estas maravillosas líneas poéticas, esas que nacen del cúmulo de derrotas y triunfos que hacen que la vida humana sea más animada y cuentan, al fin y al cabo, para afinar el intelecto volviéndolo capaz de descifrar más pronto que tarde los caminos que faltan por recorrer en este mundo.

Conrado Alzate expresa en el texto “Adriano se despide de Roma”, pág. 29, que no le teme a su suerte, sino al olvido. Este último, un dinosaurio reconocido que acecha a todo el mundo desde el principio de los tiempos y que solo puede ser vencido por la luz eterna.  Empero, lo que quiere decir en el fondo (y esta interpretación es mía) es que el olvido que le asusta no es el que desbarata la memoria humana, más bien se trata del que imponen los sistemas de gobierno que denigran de la actividad intelectual.

Por eso me hace suponer que lo quiere manifestar fundamentalmente el poeta de Riosucio, Caldas, es que a la poesía no le basta con estar a salvo de tales corrientes absurdas, sino estar siempre a la vanguardia en el quehacer humano para merecer la eternidad. De ahí su preocupación enorme por lo que viene, como lo revela en el siguiente poema:

Un verso para el recuerdo
Yo se que mañana, los poderes fríos y enigmáticos
de otro mundo, vendrán por mis huesos y mis órganos.
Sé que todo lo mío partirá dócilmente tras el olvido.
Pero tal vez un verso se revele para salvar mi nombre
y se quede anclado en los cálidos labios del recuerdo.

Conrado Valencia es un poeta incansable. Trabaja y escribe sin interrupción. Su conversación es agradable y edificante, no se muerde los labios para retener en la boca la defensa de la poesía como constructora sobresaliente de mentes sanas y de tolerancia. Su obra poética es como semilla que busca terreno fértil para germinar. Y lo ha conseguido puesto que ya han nacido en Caldas poetas nuevos gracias a su labor pedagógica.

He tenido el gusto de verlo y oírlo recitar sus poemas en Manizales y no dudo en declarar que lo visto hasta ahora es apenas la punta del iceberg de un alma grande y genuina, portadora de las mejores cualidades y calidades humanas.

El libro en mención hace parte de la colección “50 Poetas colombianos y una Antología” que se publicara en 2010 bajo el sello Caza, de libros de Ibagué, Tolima. Fue ganador del Primer Premio de Poesía de Caldas (2007) con la obra Apología de los dragones, que va por la segunda edición. Ha publicado, además, los libros de poesía Paraísos inexistentes (2000), Canción de Ahasverus (2000), Versos de amor (2004) y Memoria de la sangre (2006).

El poeta Conrado Alzate Valencia* (1962) hace parte en la actualidad de la red de bibliotecas públicas de la ciudad de Manizales y participa activamente en el movimiento cultural de esta parte del país cuya vigorosidad es bien conocida a nivel nacional.

Buen viento y buena mar para toda su obra.

*Para mayor información del autor consulte su perfil en Facebook.

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