Quien extravió la vida al recrearla
con secreta pasión, al hilo de palabras
que forjaron, tal vez, su limpio emblema,
vuelve a mirarte desde su cansancio,
donde la luz evita esas pupilas
que un antiguo fulgor encaneció.
Jordi Doce
Por Tito Mejía Sarmiento
Esta es la historia de un viejo poeta (82 años) que va viendo tras los lentes, como transcurre hoy en día la vida en su amada Barranquilla: La gente saborea la agria copa del miedo (extorsiones de todo tipo a propios y extraños, asesinatos en cualquier barrio a la hora que fuese. Nadie se escapa a este flagelo que se tomó desde hace 8 años a la capital del Atlántico y sus alrededores). Ayer precisamente 4 de julio, se llevó a cabo una gran marcha con muchos comerciantes, transportadores, vendedoras(es) de apuestas de azar para ponerle freno a la ola de violencia, inseguridad...
Sin embargo, el viejo poeta sigue su rumbo y nota también que las aves ya no descienden a sus nidos al
anochecer en esta otrora tranquilla urbe del Caribe Colombiano, la mujer amada es más culpable de su sexo, el estudiante ya no sueña porque el tiempo es más difuso, y busca sin agrado el milagro en los clasificados del diario, el sol calienta eso sí, más que antes y los árboles no dan frutos sino bodrio, porque la lluvia desde los ayeres del labriego, (el mismo labriego que dejó inhabitada su parcela y huyó sin rumbo desconocido amenazado por los cañones encenagados), no se ve sino en aquella oportunidad, cuando un pordiosero mutilado de su mano derecha, extendió la otra y en vez de monedas le cayeron gotas del cielo a un costado de la puerta principal de la Iglesia de San Nicolás.
Esta es la historia de un viejo poeta de 82 años que intenta seguir limpiando con sus versos, esa pestilente visión de la urbe caribeña de más de 2 millones de habitantes, (olvidada por sus propios dirigentes y por el centralismo), antes que suba al cielo donde a lo mejor tampoco encuentre el diván perfecto para otear mejor hacia abajo y seguir derramando sus versos con ganas.
Y hoy un nuevo asesinato de una vendedora cde chance, pero no nos preocupemos, que eso "puede" ser una retaliación de los extorsionistas. En fin, eso asegura, Segura el comandante de la Policía.
ResponderEliminarHubo también un atentado contra otra vendedora de chance, donde también resultó herido el esposo, pero eso fue en Soledad, así que "no afecta" las estadísticas de violencia de la Barrsanquilla con su poeta en el ocaso.