domingo, 20 de enero de 2013

Letras sin fronteras

Sobre mi olvido

Por: Irene Ángel Agudelo

Hoy me dio por escribir sobre mi memoria y el olvido, pues lo hago antes de que olvide lo que tengo que decir. Mi abuela sufrió Alzheimer, mi tía lo está sufriendo, y parece, dicen las malas lenguas, que sigo yo, pero estoy aplicando la de mi mamá, leyendo y releyendo para que no se me olvide nada, ella dice que así le gana la guerra a esta triste enfermedad, pero igual, cuando a los padres les llega o, cuando a mí me llegue, hay que saberla enfrentar, claro que cuando a mí me llegue, ya no recordaré que tengo que enfrentarla. 

      Escribo esto, porque ayer escuché cuando mi papá le dijo a mi mamá, “amor, cómo es que usted se llama”, mi mamá se puso triste y, nos pusimos a llorar, en ese momento nos dimos cuenta de que estaba perdiendo la memoria, y que mi papá se nos está yendo a pedacitos de olvido. Los médicos dicen que fue por dos isquemias cerebrales, pero que no es Alzheimer, eso me tranquilizó un poco, pero después mi memoria trabajó rápido y me recordó la herencia familiar, menos de mi mamá que dice que eso se alivia leyendo y, todos los días la veo ejercitando su cerebro, pues dice que ella no se va a dejar. No sé si algún día también le dará, pero a sus 80 años, se ve muy lúcida. A la que le ponen cuidado y mucho, es a mí, se me olvida todo, me dicen que vaya a la tienda naturista, que allá me pueden ayudar, entonces, hice caso y fui, pero luego se me olvidó tomarme la pastilla, que ahora no recuerdo su nombre, ni lo sé escribir, pero sé que suena a chino, y mis hermanas y mi mamá, son las que me recuerdan día a día, que es hora de tomarlas. No voy a decir que olvidé todo, pero veo que sí olvido eventos, que algún día a lo mejor, tuvieron su importancia, por ejemplo, hoy me encontré con una amiga que me preguntó si me había casado con Juan y extrañada dije, -yo nunca he tenido novios con ese nombre-, pues me juró que sí, y me fui tranquila, pensando que si pasó por mi vida, fue sin pena ni gloria, pero aún sigo pensando quién es Juan y qué hizo tan horrible, como para olvidarlo. 

      Otro encuentro con el muro del olvido, es cuando hablé con mi vecina, yo sí veía que me miraba y trataba de decirme algo, hasta que se decidió y me preguntó si no la recordaba, ella jura que salimos mucho a la taberna de un amigo, de la taberna me acuerdo y, de ella, no quedó registro alguno en mi memoria, pero cuando hablo con ella y la veo pasar, pienso que a sus veinte años, que dice teníamos, tuvo que ser muy buena “conocida”, la voy a llamar buena amiga para honrarla, pues ahora es muy buena vecina y estupenda conversadora, sí le expliqué decentemente que de las amigas no me olvido nunca. 

      Sigo contándoles, que hace poco tuve un encuentro literario con un amigo, me pregunta sobre mis lecturas borgianas y juré en ese momento que no recordaba, y releyéndolo, recordé que sí leí casi todos sus cuentos, pero lo recordé por una frase específica o cuando llegaba al final. Releo mucho, vuelvo y releo, todo lo que más pueda, no solo a Borges, sino los clásicos y los modernos, porque sé que dentro de dos meses me lo vuelven a preguntar y ya no lo voy a recordar. 

      Dicen que vaya al médico, que a lo mejor sufro de alguna enfermedad grave o estoy empezando a recibir la herencia, digo que soy joven aún, pero tengo que admitir que joven de espíritu, pues aunque de cara lo sigo siendo, (como dice un amigo, más de cuarenta, pueden ser cien), la documentación no miente. Así digo que tengo ticinco y que la vieja, es la cédula de ciudadanía.

      Por si los olvidó, no me olviden, que sigo en los grupos literarios haciendo las entrevistas, que he olvidado hacer y, las que tengo desde diciembre, juro que esta semana publico una de ellas, antes de que se me olvide.

1 comentario:

  1. Verdad o mentira, ficción o realidad...Pero tu relato es una obra de Arte escrita. Mantienes tu temple y dominio por tu forme ingenua de expresar, así como una interlocutora literaria de ficción simpática y formada. Nos apuras cuando te empeñas, en envidiarte sanamente. Te animo a que sigas impactándote sueños y laberintos de palabras lindos y profundos. Gracias Irene*jmmg//. Y saludos a la Revista.

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