lunes, 21 de enero de 2013

Desde el malecón

Acerca de Yolanda de los vientos, novela ganadora del premio nacional de novela Manuel Zapata Olivellla 2012.

Por Ignacio Verbel Vergara

Yolanda de los Vientos, la mujer sensual, la de armas tomar, la que no teme subir a la grupa del peligro en pos de la consecución de sus sueños o en la concreción de sus pálpitos…

Yolanda de los Vientos, un texto entre la crónica y la novela, entre el lenguaje periodístico y el lenguaje literario, con una estructura  cuasi circular.

      Yolanda de los Vientos, un acercamiento  quizá inintecional a la novela histórica, a la narración que hurga las llagas sociales y les exprime la pus en busca de una necesaria sanación, de una estación dichosa en que los alaridos, los asesinatos, las tropelías y los vejámenes contra la especie humana por parte de los propios humanos, lleguen a su fin, en que los personajes tienen asidero real aunque  el autor les maquille los nombres, la descripción de las fisitudes…

      En este texto, Hamburguer realiza vívidas y afortunadas descripciones del paraíso acuático de la Mojana, de las vivencias orgiásticas de muchos de los personajes, del sabor y color de la música y de las danzas del mundo Caribe. Con eficiencia nos retrata los aromas del chandé, del puyón, de la chona y además nos pinta con pelos y señales  el mundo de corrupción y de violencia en que politiqueros y asesinos se ferian los erarios de las regiones, la paz y la vida…

      Esta que pareciera ser la historia de Yolanda De los Vientos Pulecio Barrientos, “La Pulecio”, es más que eso: es la radiografía de una época, de unos escenarios trágicos, del alma satánica de unos personajes que sembraron los caminos de las sabanas de Sucre y Bolívar de sangre, llanto, escarnio y lágrimas…

      Con mano segura, el autor nos presenta la vida de ruinas, miserias, penas y equívocos mortales de algunos de los personajes o la vida ruin, monótona y deslustrada de otros.

      Para urdir esta historia, el periodista Santiago Valdés, especie de alter ego de Hamburguer, echa mano de la entrevista casual, de la entrevista planificada, de la lectura de un diario de la protagonista así como de sus propias observaciones.

      Partiendo del tema aparente del erotismo que desborda, Yolanda de los Vientos se nos introduce en espacios en que podemos develar:

1. Las liviandades de la época post moderna.
2. Las eternas ruindades propias de la condición humana.
3. Las terribles actuaciones del narcoparamilitarismo  y de la parapolítica.
4. Las prácticas libidinosas de gran parte del clero que predica contra la fornicación y en pro de la fidelidad y el sagrado amor.
5. Las secuelas culturales, económicas, políticas y sociales que la élite mafiosa deja en los distintos sectores de la sociedad.

      Pero Hamburguer se apropia también de las actitudes carnavalescas, hiperglósicas y dialógicas de los actantes para conducirnos a infiernos que se creían imposibles o ya superados.  El narrador quiere mostrar las relaciones eróticas como la posible salvación, como una forma de romper  el encerramiento de la conciencia transmutada por la violencia, pero ello tampoco es posible.  El mismo Santiago Valdés, periodista  encargado de escribir la historia, intenta en un inicio salir de su mundo de miserias, componendas y exclusiones a través de la posesión del cuerpo  casi perfecto de Yolanda, pero no lo consigue, Y la misma Yolanda, que se ufana de copular con tres varones alternadamente, tampoco se salva. Su infierno es la existencia dentro de un mundo ruin surcado por las mentiras y la coerción.

      El narrador nos dice que “mas que un novelista, es un cronista que ha querido llegar al alma atormentada insaciable en el amor”, pero de verdad que va mucho más allá y en ello reside el gran valor de este texto, pues a partir de la creencia de que  el núcleo narrativo se desprende  del postulado de que “Yolanda de los Vientos se había entregado a los brazos del mundo carnal”, se sumerge sin dilaciones ni deudas en la develación puntual del fenómeno criminal del paramilitarismo en los Montes de María y en el Golfo de Morrosquillo. 

      Con esta, su segunda novela, Alfonso Hamburguer enriquece mucho más la que se ha propuesto como novela de la violencia montemariana y nos ofrece una cauda de sucesos que configuran de por sí un intento de novela histórica, que hace de la crónica su herramienta configurativa. 

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