miércoles, 2 de julio de 2014

El ojo de la cerradura

Palabras pronunciadas en el matrimonio de mi hija Vanina Mejía Berdugo

¡Un nuevo comienzo en tu vida, querida hija, con entregas previsibles!

Por Tito Mejía Sarmiento

Amigos(as) presentes:

Mi  hija Vanina Esther Mejía Berdugo  o mejor mi “Chachi linda”, como la hago llamar desde el mismo día en que nació, hoy sella una emocional unión con  Carlos Montalvo Linero  a través del sagrado vínculo del matrimonio. Por eso, delante de todos ustedes, me es necesario sembrar en calidad de padre y, precisamente cuando en mi corazón en estos instantes,  convergen muchos sentimientos encontrados, unas semillas en la propia  raíz  de esa unión. Semillas que estoy seguro van a dar los frutos necesarios que un  amor eterno requiere. 

La primera semilla es,   la sinceridad. Una sinceridad que esté por encima de todo y, por donde no se asome el simulacro empeñado para que entre los dos, no haya cortinas ni reticencias que se aticen con las sombras.

La segunda semilla es, asirse de las manos por un mismo camino con la convicción de que el amor amparará, abrigará cada instante de sus convivencias, e incluso, seguir siempre asidos de las manos hasta cuando junto a la lumbre por algún motivo, discurran los días lánguidos en el crudo invierno del sol triste y opaco, para que en el acto circunstancial,  irradie la energía de los días felices.

La tercera es, la semilla de los sueños compartidos, es decir que sea la síntesis perfecta, en la evidencia de las cosas con las noches de una realidad guardada para un amanecer concreto.

La cuarta semilla es la bondad, una bondad como una ofrenda que supone una estirpe en esta partida que hoy te juegas desde siempre, hija amada con Carlos. Recuerden  que “la mano que da nunca estará vacía entre la realidad y el deseo”.

Cuando en mis noches de insomnio, mi querida hija Vanina, entre a tu alcoba y no te vea, escogeré el momento oportuno para recordarte siempre, mi Chachi linda. Entonces, todo parecerá hermoso sin serlo. Me acordaré de ti en el acto, como cuando tenías 4 años y ya cantabas al pie de letra, esa bella tonada de Marco Antonio, titulada “Si no te hubieras ido”: 

Te extraño más que nunca y no sé qué hacer
despierto y te recuerdo al amanecer
espera otro día por vivir sin ti
el espejo no miente me veo tan diferente
me haces falta tú. 

No hay nada más difícil que vivir sin ti
sufriendo de la espera de verte llegar
el frío de mi cuerpo pregunta por ti
y no sé dónde estás
si no te hubieras ido sería tan feliz… 

Me acordaré de ti, Vani, cada domingo diciéndome con tu voz penetrante: 
_papi, papi me haces huevo perico hoy_. _¿O qué han dicho hoy de mí?_

Me costará días, meses, años, mi Chachi  linda, comprender que a partir de hoy, te alejarás un poco de nuestro cobijo para formar al lado de tu esposo Carlos, tu propio hogar,  con toda la prole que a bien tengan traer a esta geografía terrenal.

¡Qué seas feliz, amada hija!

¡Larga vida para ti, mi Chachi linda y para Carlos, también!
Barranquilla, 28 de junio de 2014

1 comentario:

  1. tania mendozajulio 04, 2014

    Hermoso, Dios derramara bendiciones en esta nueva unión, seguro que si!!

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