jueves, 4 de octubre de 2012

Arcoiris

El arcaico, pero importante, sentido del olfato

por

Yamile Aisa Quiroz Quiroz
¨Gitanamora¨

Siendo como somos seres vivos, nuestra forma de conocer el medio que nos circunda y el medio interno, es por el sistema nervioso, las conexiones sinápticas que comunican los órganos al cerebro intermediando las neuronas: Así  tenemos los sentidos que nos informan de toda la riqueza experiencial de estímulos como olores, visiones, posición de nuestro cuerpo, sabor, sonidos, temperatura y sensaciones en la piel. 

      La especie humana comparte con los animales inferiores varias características, unas biológicas, otras funcionales.  Están los sentidos: el  visual, el táctil, el cinestésico, el del gusto,  el auditivo y el  olfativo, por ejemplo. Este último, el olfativo,  en nosotros comprende varios órganos, desde las fosas nasales pasando por el rinencéfalo o cerebro olfativo (lo compartimos con los reptiles, una de las primeras especies en aparecer), hasta el  profundo y oculto cortex olfatorio (en nosotros casi desaparecido precisamente por hacer uso y ¨abuso¨ de los otros sentidos) ; este sentido está por cierto mucho más desarrollado en los animales inferiores, caso los perros o las serpientes, los cuales se valen del olfato para su supervivencia, en ellos el sentido de la visión puede ser menos importante o  estar menos desarrollado que en nosotros.
      El ser humano ha remplazado esta función olfativa por la visual, la táctil, la cinestesia, el gusto y el oído en algunos casos. 

      Probablemente por ello conocemos en la actualidad una gran economía basada en perfumes, artículos de aseo y de belleza tanto para uno como para el otro género. Esta industria comenzó hace muchos años: con los jabones, talcos, cremas, desodorantes para cuerpo, los íntimos para damas, champús, enjuagues y muchos más.  En la canasta familiar el porcentaje de costos en útiles de aseo personal o para el hogar sobrepasa el costo de los alimentos, vestuario, libros y otros.

      Esta desodorización personal se ha desplazado a los espacios que usamos individual o colectivamente: en el hogar, centros educativos, oficinas, centros médicos, vehículos aviones y otros. 
      Usamos químicos que afectan nuestra piel, nuestros ojos, nuestras vías respiratorias, causando en algunos casos alergias por los productos de aseo de hogar, aseo de equipos, para herramientas, vehículos y demás. Estos químicos al ser desechados en los vertederos de aguas en cocinas o patios, vías públicas, ríos, siguen su curso dañino en la tierra,  plantas,  aguas vivas, afectando en forma vital las especies animales y vegetales que allí reposen. 
      Muchos de los cuales en el ciclo de producción, a veces pasan a nuestra mesa, trayendo de vuelta un alimento contaminado. 

      Las feromonas aquellas sustancias olorosas encargadas de facilitar el acercamiento o la huida han sido así disfrazadas, dificultando la comunicación no verbal (de tipo químico) que el cuerpo emite. 
      Hemos progresivamente negado nuestra esencia como seres vivientes, comunicantes, sufrientes de todo tipo de emoción, sensación y afectividades.
      Y en cierta forma nos alejamos de nuestra humanidad, carnalidad; haciendo difícil cada vez más nuestros procesos personales, espirituales.

El  olfato  de  Luga

Te acercas, 
olfateas,
hueles mis ropas, los zapatos, 
te informas…
de cuál otro can se ha acercado a mí…
Señales olfativas, que nosotros hemos perdido
ya no sabemos si tienes furor o 
si estás dispuesto al amor.
Cambiamos el sentido olfativo
por el visual
y nos dejamos engañar.
La edad o la enfermedad se esconden tras el bisturí.
Y tú simplemente sabes si se han acercado a mí 
usando tu nariz.
Las ropas galantes o por el contrario deslucidas, 
feas, hasta sucias,
nos ocultan al ser 
que está allí.
Bien puede ser un alma generosa, buena, 
o alejada de toda Humanidad…
Eso sí lo sabes tú…
Tu olfato te indica quien es quien…
Oh! Qué distraídos andamos…
Por querer vernos mejor,
aparentar civilizados,
nos hemos alejado de nuestra verdadera esencia
y ni siquiera …olemos a humanos,
Los perfumes más caros nos rociamos…
Y seguimos distraídos…
Sólo que tú con tu percepción
no te dejas engañar…
Querida mascota mía,
cuánto me enseñas cuando quiero ver. 

Quien  elige  el  camino  del  corazón  no  se  equivoca nunca…                                                                                                                 Prov. sufi.
E-mail: Gitanamora.quiroz@gmail.com  

2 comentarios:

  1. Se siente de salida el buen aroma que brota de la pluma de Gitana Mora

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  2. Amigo Tito, Buen día!!
    Apenas ahora leo su gentil comentario.
    Por el mal uso o desconocimiento del sistema...
    Pero acogida a la sabiduría popular: dichos y/o refranes, digo:
    Más vale tarde que nunca.
    Muchas gracias por leerme y comentarme.
    Un abracito bien grande
    Gitanamora.

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