LA MUJER GUAJIRA DEL AYER, DEL HOY Y DEL MAÑANA
Por Delia Rosa Bolaño Ipuana
La historia ha sido precisa y radical en cuanto a los procesos de la liberación femenina en el mundo, desde el siglo XVIII la mujer ha venido luchando a favor de sus derechos desde la Revolución Industrial en Europa, revolución que despertó en la mujer el reconocimiento de sus capacidades y la necesidad de aportar al mundo con su decisión, fortaleciéndose más afínales del siglo XIX, con la revolución que se hizo en Estados Unidos por un grupo de mujeres, protesta que las llevó a obtener su derecho al voto en el siglo XX en gran parte del mundo, la mujer a partir de este momento empezó prepararse y a desempeñar importantes cargos decisivos.
Partiendo de estos acontecimientos históricos también he deseado exaltar a la mujer guajira, es para mí, como escritora y gestora, importante resaltar nuestras cualidades y todo lo que hemos aportado cada una desde nuestro campo, al desarrollo de nuestro departamento, la capacidad de liderar y compromiso para el bienestar de nuestro pueblo; el carisma, la inteligencia, la creatividad y dominio propio nos han abierto escenarios en todos los campos en lo departamental, nacional e internacional; en estos momentos hemos demostrado todas las cualidades y dones especiales de las que estamos dotadas y además, nos escribe en la historia y nos enmarca hacia el futuro.
Oneida Pinto es una gran representante de la mujer guerrera, emprendedora y valiente, se ganó el respeto y el amor del pueblo guajiro. Hombres, mujeres y jóvenes salieron a decirle “sí” a esta mujer admirable, sabemos que no nos defraudara y que su equipo de trabajo será impecable y digno para un pueblo que necesita cambios significativos.
Como ella hay muchas mujeres en nuestra amada Guajira, que han llevado y que seguirán dando lo mejor por nuestra tierra en todos los ámbitos y en cada uno de nuestros municipios; en Uribía, donde se mantiene vivo e intacto el Cielo de Oportunidades; Maicao y su comercio; Manaure y sus salinas; Riohacha, nuestro distrito turístico; Barrancas, la tierra amable; Albania, la Princesa Negra; Hatonuevo, donde se fortalece la amistad; Fonseca, tierra de cantores; San Juan del Cesar, tierra de compositores y su luna Sanjuanera; El Molino, Villanueva, Urumita, y así en cada rincón de mi tierra donde existen grandes mujeres dignas de ser honradas, en el ámbito periodístico, cultural, en la literatura, en la música, la composición, en la política y en lo social.
Mujeres que han marcado la diferencia dentro y fuera de nuestra tierra, su majestuosidad tan similar a la del Mar Caribe, nuestras mantas que danzan al vals del viento proyectando el feminismo y nuestra belleza, nuestras artesanías que plasman nuestros sueños, nuestra misión de tejer el mañana, nuestros chinchorros que mecen nuestras tradiciones y creencias, que aun a pesar del tiempo hemos resistido a tantos golpes que nos hacen fuertes y dignas de posesionarnos en todo campo.
Frente al mundo la mujer guajira ha llevado la antorcha de su pueblo, ha tenido que reflejar la grandeza y el dinamismo de una tierra que ha resistido a la historia, una tierra étnica, un pueblo wayúu que demuestra con grandeza su equilibrio frente a la globalización y con orgullo levanta la frente ante las brisas del noreste.
Hubiese deseado plasmarlas a cada una en esta columna, pero son muchas, estoy en el trabajo de llevarlas a todas, sus obras y vida muy pronto estarán en sus corazones, en una obra que resalte su trabajo y aporte desde sus campos en el desarrollo de nuestra amada Guajira.
Así somos las mujeres guajiras… encantadoras, mágicas y exóticas como el amanecer radiante del Cabo de la Vela y el atardecer naranja de Nazaret y Puerto Estrella; mi Guajira grande.
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